Aquel día, empezamos todos la clase con otro aire..., ilusionados diría yo, y lo se porque miraba el rostro de mis compañeros y los veía interesados, pero interesados... de verdad, al igual que yo. Pocas veces he visto eso en una clase. Y el profesor se daba cuenta... Por fin alguien hacía que la clase fuese, DIFERENTE (precisamente una de las características vitales de aquel que es creativo. No tiene miedo a no estar en un grupo homogéneo. Diverge de ellos). Alguien nos permitía participar y nos sacaba a la tarima sin vacilar o nos hacía levantar en el asiento para explicar al resto de la clase, lo que nos pidiese o quisiéramos. En esa clase dejábamos de ser uno monigotes que escriben apresuradamente una materia y callan, a pensar en base a algo que él nos propone y hacer entre todos "una tormenta de ideas". También se da materia, claro que si. Pero la gracia está en que, como dice el Profesor F. García, nos hagamos nosotros mismos nuestra propia materia en base a los criterios que él propone y bajo su supervisión, pero del modo en que creamos conveniente nosotros que debemos hacerlo. El mero hecho de darnos ese "poder"... es ya un avance para nosotros. Un desahogo de lo estricto a lo puramente creativo. Así nos da la oportunidad de averiguar cómo nos organizamos nosotros a nosotros mismos. Y esta forma de dar la clase es algo que creo... nos hacía falta... desde hace mucho tiempo.
El profesor F. García nos propone un ejercicio... "Pensad en cosas originales que sean circulares. Tenéis muy poco tiempo. Escribid todas las que podáis." Y eso hicimos. Por mi parte... tenía bastantes dudas: 1) ¿sólo podían ser objetos? Porque lo primero que se me había venido a la cabeza era el Sol y la Tierra. 2) ¿Qué cosas podían ser originales bajo qué criterio? 3) ¿Sólo que tuviese forma de círculo? ¿Podía ser una esfera? ¿O sólo algo plano?
Así que al final esto fue lo que escribí talmente: Sol? Tierra? pelota? globo? cabeza? la vocal "o"?, tuerca, anillo, tapadera de alcantarilla de Telefónica?
No fui capaz de escribir más, y es que realmente no sabía bien qué poner. Dijo que no podíamos hacerle ninguna pregunta, y lo hizo por una razón.
El profesor F. García, fue preguntando cuántas palabras teníamos. "Bien chicos, ¿cuántos tienen más de 10 palabras? ¿Más de 15? ¿Más de 20?" La gente fue levantando la mano en función de sus palabras. Dos compañeros tenían el mayor número de palabras de toda la case (22 uno y 20 otro). Ambos dijeron sus palabras y no plantearon que habían tenido ningún problema a la hora de hacer el ejercicio. Escuché con atención, y el compañero que había hecho las 22 palabras, todas me parecían muy fáciles y me sorprendí a mi misma de no haber podido pensar en ellas con rapidez. En mi cabeza sólo estaba la frase "a... pero se podía...?". El profesor F. García le dijo que estaban muy bien pero que había puesto muchas de la misma clase "La variedad está en las diferentes clases. Manzana, naranja, mandarina... son de la misma clase. Clase FRUTA. Y eso se cuenta como uno", dijo. El otro compañero leyó sus palabras. Éstas sí que eran para mi muy originales, pero... increíblemente originales. Y pensé, "esto si que no se me hubiera ocurrido a mi en la vida en tan poco tiempo". El profesor le dijo que estaban muy bien. No había repetido de clase ninguna vez. Algunos ejemplos de lo que dijo: un sombrero visto desde arriba, una nave espacial... Definitivamente no había entendido el ejercicio, pensé.
El profesor F. García, preguntó entonces "¿Quién ha sacado menos de 10? ¿Menos de 5? ¿Menos de 3? ¿Ninguna?". La gente también fue levantando la mano, y habían 3 o 4 compañeros que sólo tenían 3, 4 o 5 palabras. Una de esas personas, una compañera, alegó que no quería poner las típicas palabras que se le venían a la cabeza. Quería poner sólo aquellas que ella considerase que fuesen verdaderamente originales. Y tengo que reconocer que lo eran. Otro compañero alegó lo mismo y sus palabras también eran muy originales. Otro alegó que no sabía si el objeto tenía que ser redondo plano o como una esfera. Leyó las suyas y todas eran esferas, también muy originales. Otro compañero no había escrito NINGUNA. Todos nos quedamos muy sorprendidos y él alegó que no sabía ni por donde empezar. Que tenía tantas dudas que cualquier cosa que pusiese, no tenía claro si estaba bien o mal. El profesor entonces dijo "Perfecto. Te ha pasado esto porque te falta información. Yo no he dado apenas datos y en vez de ponerte a escribir sin saber si era correcto, has decidido esperar. ¡Bien!" Ufff... me sentí aliviada. Yo tenía en mi cabeza todas las dudas de todos los alumnos que el profesor había preguntado. El profesor continuó "¿Y sabes que significa eso? Tienes una creatividad extrema. Una persona que se plantea esas dudas y no tiene miedo a decir bien alto que no ha escrito ninguna, es también digno de admirar. Todas las personas que han escrito pocas palabras o que se han planteado dudas, es buena señal. No penséis que el que otros compañeros hayan escrito muchas palabras y vuestro cuaderno esté casi en blanco, significa que no sois creativos. La presión del tiempo limitado también bloquea. Y antes de ponerse uno a escribir, a de pensar. Bien también por aquellos que escribieron muchas palabras, porque eso significa que se arriesgan a poner todo lo que se les ocurre y luego ya se desechará lo que haga falta. Bien también por todos los demás que os habéis tomado el ejercicio en serio y habéis intentado salir de éste con solvencia."
A continuación dimos paso al siguiente ejercicio. El día anterior, F. García nos había dicho que hoy viniésemos cargados de objetos creativos a clase. Quería ver qué es lo que a nosotros nos parecía original y por qué. Fue uno por uno preguntando y todos escuchamos las razones de nuestros compañeros. La mayoría había traído uno o dos objetos. Finalmente llegó a mi sitio.(Adjunto en cada explicación una foto hecha por mi de los objetos en sí, para que se tenga un referente visual de lo que estoy hablando y también porque son interesantes de ver).
El interior de un disco duro de la CPU: Pertenecía al primer ordenador que tuve. Hubo problemas con este disco duro, y como tenía un defecto interno de fábrica, no se podía arreglar. Así que cuando lo cambiamos, en vez de tirarlo me lo quedé. Lo tengo conmigo desde hace más de 10 años. Nunca había visto ninguno por dentro, y cuando lo hice me quedé impresionada, no sólo por la inmensa cantidad de conexiones que tenía, sino por el hecho de pensar que todas ellas cumplían una función determinada dentro de ese puzle para mi sin sentido. Era como tener en mis manos el cerebro de un ordenador, que al fin y cabo al mirarlo, no dista mucho de las ramificaciones y conexiones mentales que se producen en nuestra cabeza. También para mi tiene una importante función estética.
Caparazones de erizos: Los encontré buceando cerca de San José, Almería. Los tengo de distintos tamaños y colores. Siempre había pensando que los erizos eran muy estéticos en sí mismos, pero nunca pensé que cuando mueren, dejan una estructura tan peculiar. Son muy frágiles y siempre conservan su olor a mar. Si no hubiese encontrado erizos con gran parte de sus pinchos, nunca hubiese imaginado que estos caparazones internos eran de ellos. Es original la naturaleza, y en este caso irónica. Un ser agresivo en su estructura, lleno de pinchos que desprenden un veneno..., en realidad por dentro tienen una estructura dulce e incluso arcaica (parecen de la era de los dinosaurios).
Vaina de un proyectil antiaéreo utilizado en la Guerra Civil española: Lo encontramos mi padre y yo en una montañas de Lliria, Valencia. Los proyectiles constan de una bala y una vaina, y dentro de esta última se encuentra la pólvora a la que se le llama "carga". Este tipo de proyectiles se utilizaban para dispararlos desde metralletas de tierra hacia los aviones. Si nosotros tenemos la vaina, eso quiere decir indiscutiblemente que este proyectil se disparó. Pesa bastante porque es de hierro. Tiene la forma de los cañones, por ejemplo, que se utilizaban en los barcos de combate, o en los propios cañones de tierra. Tienen todos la misma forma aunque en este caso el tamaño es más pequeño, claro. Es tremendo tener un trozo de historia en tus manos que haya sido utilizado para matar a otras personas.
Cascos insonorizados: Los compré en una tienda de equipos de trabajo para obreros en Torre Del Mar, Málaga. Allí estube estudiando desde 3º de la E.S.O, hasta venirme a Madrid a estudiar la carrera. Mi vecino era de esos que siempre esta en obras por alguna razón, y todas las tardes hací aun ruído estruendoso. Así que como no podía estudiar, me decidí a comprarme estos cascos que te aislan por completo del exterior. Gracias a ellos pude estudiar sin problemas los 4 años que estuve allí. Me parece un invento muy original y funcional, ya que impide que los ruidos fuertes a los que algunos trabajadores están acostumbrados, dañen sus oídos. Y con respecto al resto de personas, es muy últil para aislarte del mundo que te rodea para así poder cocentrarte en lo que tienes que hacer.
Trozos de ladrillo rojo (como el que se utiliza para construir una casa, por ejemplo) erosionados por el mar: Los encontré buceando en la costa de San José, un pueblecito al lado de Cabo de Gata, Almería. Debido a la erosión del mar, la forma del ladrillo ha desaparecido, aunque no del todo..., y eso es lo que desde mi punto de vista lo hace todavía más original. El mar ha suavizado los ángulos rectos, haciendo que tenga una forma artítica decorativa (a veces simétrica y a veces asimétrica) e incluso funcional. Yo ahora los utilizo para dejar los lápices o bolígrafos (ya que conservan sus orificios redondos de los ladrillos) o de pisapapeles.
Dos panales o nidos de avispas: Las encontré con mi padre en San José, Almería. Son dos nidos de avispas distintos. Uno de ellos tiene una avispa dentro que seguramente se metió para refigiarse del frío una vez el panal ya estaba vacío. Los panales de las avispas y las colmenas de las avejas (compuesta por panales), no se hacen de la misma forma ni sirven para los mismo. Las avejas conforman celdas formando panales de la siguiente manera: tienen unas gládulas donde producen cera que luego mezclan con un poco de polen, miel y saliva formando una pasta. Ellas hacen panales en racimos. A ese conjunto de panales con las avejas, se le llama colmena. Y al conjunto de colmenas, se le llama colmenar.
Las avispas solo utilizan los panales para criar. No producen miel ni cera. Y los forman con una pasta de papel que se compone de fibra vegetal machacada y mezclada con saliva. Forman sus celdas y ahí ponen el huevo. En definitiva, sus nidos los hacen de celulosa. De hecho los japoneses se fijaron en ellas para crear el papel. Los panales de las avispas son mucho más pequeños (especialmente en España) que los que forman las avejas.
Cuando finalizó el ejercicio, ya era la hora de marcharse, y la verdad es que cada uno habíamos traído no lo que era original en sí, sino lo que a nosotros nos parecía original. Quizá ahí estuvo la gracia del asunto, puesto que ninguno trajo nada extremadamente creativo nada más verlo, sino que, era cierto que su gracia podía tener, pero la explicación era lo que realmente valía.
Me quedo con algunos objetos de compañeros que me atrajeron:
- Una pelota de plástico pequeña con forma de pelota de tenis, pero que dentro tenía un chubasquero.
- Un libro.
- Un abrelatas hecho por su abuelo.
- Documentación encontrada sobre un famoso, al lado de un cubo de basura (facturas, tikets, redacciones...)
- Una botella con un mensaje.
- Un boli con forma de jeringa.
- Un balón de rugby.
- Un peluche verde, con apariencia de monstruo pero muy tierno.
- Un cortapapeles en tiras.
- Una figurita muy pequeña, hecha por una compañera.
Unos objetos muy originales!! Y las fotos están muy conseguidas:)
ResponderEliminarGracias!!
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